En este conflicto que ya lleva 8 meses, sucedieron muchas cosas. Hubo gente que al principio participaba activamente de la lucha que hoy ya no lo hace. Por desánimo, por miedo, o por conveniencia. Pero luego de la represión policial sufrida el miércoles y como en otras oportunidades, el apoyo de muchos de ellos se hizo notar cuando bajaron la calle a acompañar la desagradable situación vivida por sus compañeros. El conflicto es largo y desgastante, pero siempre se recibe con los brazos abiertos a quien quiera sumarse desde sus posibilidades. Incluso este espacio, totalmente abierto hasta hoy, sirvió para que quienes disintieran pudieran expresar sus opiniones con libertad, fundamento y responsabilidad.
Evidentemente, este no es el caso. El gobierno alimenta intereses mezquinos, sectores ávidos de poder y carentes de formación; en absoluto se busca la excelencia técnica aunque si se da, paradójicamente, una “jerarquización” de algunas posiciones comunmente llamada clientelismo. Éstos son los aliados que en nada se identifican con el supuesto objetivo “nacional y popular” que se enuncia constantemente desde los distintos discursos oficiales y, justamente, contrarios a ese tono son muchos de los comentarios que se pudieron leer en los últimos días en este espacio. Son más bien soldados mercenarios que más allá de desprestigiar al Instituto asumiendo transitoriamente roles para los que no están preparados, utilizan frecuentemente términos que irritarían seguramente al propio Presidente. Pero tampoco se dan cuenta que siendo funcionales a esta maniobra irracional de desprestigio y vaciamiento del Instituto, ellos también se están ubicando en una posición endeble a futuro: de prosperar esta intervención serían ellos los primeros en ser descartados cuando exista la decisión política de resolver el problema de las estadísticas públicas ocasionado por esta nefasta intervención. En resumen, deben prepararse para perder.
Con respecto a los porcentajes de adhesión al conflicto, al menos el 100% de los que conocen la Metodología de IPC (4 de los 8 firmantes de aquella carta, hoy no pueden ingresar a su sistema) y el 100% de Metodología de EPH se manifestaron en contra de estos cambios arbitrarios, incluyéndose entre los más de 400 compañeros de distintos sectores que se expresaron pública y activamente en los últimos días. Más allá de diferencias con los métodos de acción como el largo paro que culminó esta semana y otros asuntos entendibles, la cohesión y la dignidad con que los trabajadores llevaron adelante este conflicto es ejemplar. La determinación con que se defendieron con sus propias manos frente a los palos, escudos y armaduras de la violenta e innecesaria represión policial ante una nueva pacífica e inofensiva manifestación, como es la colocación de una carpa de denuncia, volvieron a mostrar con elocuencia la convicción con que defiende la importancia del Instituto para la Sociedad. Y mérito de esta lucha son todas las reivindicaciones logradas en estos meses: desde las conseguidas en las actas firmadas por Barrios que beneficiaban a los sectores condescendientes como un intento por desactivar la posición de los trabajadores en conflicto, hasta aquellas conseguidas en el acuerdo logrado con Alberto Fernández luego de la reunión del último viernes 24 de agosto, en un gesto de reconocimiento de la fuerza y convicción de estos trabajadores.
Finalmente el jefe de gabinete accedió a las demandas sobre la conformación de una mesa técnica para discutir las posibles soluciones metodológicas a los problemas que generó la intervención y la anulación de todas las represalias contra los trabajadores movilizados. Este hecho reconoce la necesidad de contar con el aval de los trabajadores para buscar una salida al conflicto que intente neutralizar las consecuencias nefastas de esta crisis. Los empleados en alerta buscan iniciar las gestiones para destrabar el conflicto y este hecho tiene que considerarse como un gesto de conciliación y voluntad de diálogo y no como una concesión. El rechazo a la intervención sigue siendo el prioritario de los reclamos y en función de éste girará la discusión con las máximas autoridades políticas. El conflicto no ha terminado en absoluto y en cualquier circunstancia en que se violenten las condiciones, la confrontación recrudecerá. Esperemos, por el bien de todos, que la negociación sea seria y busque rectificar las pésimas decisiones que han llevado a la situación mucho más lejos de lo que debería haber llegado y el INDEC vuelva a ser el organismo prestigioso que tan bien representó al país en la comunidad estadística internacional.
Evidentemente, este no es el caso. El gobierno alimenta intereses mezquinos, sectores ávidos de poder y carentes de formación; en absoluto se busca la excelencia técnica aunque si se da, paradójicamente, una “jerarquización” de algunas posiciones comunmente llamada clientelismo. Éstos son los aliados que en nada se identifican con el supuesto objetivo “nacional y popular” que se enuncia constantemente desde los distintos discursos oficiales y, justamente, contrarios a ese tono son muchos de los comentarios que se pudieron leer en los últimos días en este espacio. Son más bien soldados mercenarios que más allá de desprestigiar al Instituto asumiendo transitoriamente roles para los que no están preparados, utilizan frecuentemente términos que irritarían seguramente al propio Presidente. Pero tampoco se dan cuenta que siendo funcionales a esta maniobra irracional de desprestigio y vaciamiento del Instituto, ellos también se están ubicando en una posición endeble a futuro: de prosperar esta intervención serían ellos los primeros en ser descartados cuando exista la decisión política de resolver el problema de las estadísticas públicas ocasionado por esta nefasta intervención. En resumen, deben prepararse para perder.
Con respecto a los porcentajes de adhesión al conflicto, al menos el 100% de los que conocen la Metodología de IPC (4 de los 8 firmantes de aquella carta, hoy no pueden ingresar a su sistema) y el 100% de Metodología de EPH se manifestaron en contra de estos cambios arbitrarios, incluyéndose entre los más de 400 compañeros de distintos sectores que se expresaron pública y activamente en los últimos días. Más allá de diferencias con los métodos de acción como el largo paro que culminó esta semana y otros asuntos entendibles, la cohesión y la dignidad con que los trabajadores llevaron adelante este conflicto es ejemplar. La determinación con que se defendieron con sus propias manos frente a los palos, escudos y armaduras de la violenta e innecesaria represión policial ante una nueva pacífica e inofensiva manifestación, como es la colocación de una carpa de denuncia, volvieron a mostrar con elocuencia la convicción con que defiende la importancia del Instituto para la Sociedad. Y mérito de esta lucha son todas las reivindicaciones logradas en estos meses: desde las conseguidas en las actas firmadas por Barrios que beneficiaban a los sectores condescendientes como un intento por desactivar la posición de los trabajadores en conflicto, hasta aquellas conseguidas en el acuerdo logrado con Alberto Fernández luego de la reunión del último viernes 24 de agosto, en un gesto de reconocimiento de la fuerza y convicción de estos trabajadores.
Finalmente el jefe de gabinete accedió a las demandas sobre la conformación de una mesa técnica para discutir las posibles soluciones metodológicas a los problemas que generó la intervención y la anulación de todas las represalias contra los trabajadores movilizados. Este hecho reconoce la necesidad de contar con el aval de los trabajadores para buscar una salida al conflicto que intente neutralizar las consecuencias nefastas de esta crisis. Los empleados en alerta buscan iniciar las gestiones para destrabar el conflicto y este hecho tiene que considerarse como un gesto de conciliación y voluntad de diálogo y no como una concesión. El rechazo a la intervención sigue siendo el prioritario de los reclamos y en función de éste girará la discusión con las máximas autoridades políticas. El conflicto no ha terminado en absoluto y en cualquier circunstancia en que se violenten las condiciones, la confrontación recrudecerá. Esperemos, por el bien de todos, que la negociación sea seria y busque rectificar las pésimas decisiones que han llevado a la situación mucho más lejos de lo que debería haber llegado y el INDEC vuelva a ser el organismo prestigioso que tan bien representó al país en la comunidad estadística internacional.
5 comentarios:
Hola. Yo dejé de hacer paro por una cuestión económica, simplemente. Es cierto que la víscera más sensible es el bolsillo. No siento mi dignidad menoscabada por ello. Puedo decir que siento impotencia y rabia pero no me siento carente de dignidad. Mi verdad es muy sencilla: si no pago mi alquiler me quedo sin vivienda en 30 días y, aunque resulte difícil de creer, no cuento con ninguna alternativa habitacional. Es más, vivo con lo justísimo. No me he manejado por conveniencia sino que he atendido a mis necesidades más básicas.
La CTA admite que cualquier resolución que se adopte con relación al IPC deberá esperar a que pasen las elecciones presidenciales de octubre.
Ismael bermudez - Clarín - domingo 26/08
Aceptame el comentario. Sin censuras por favor
Podrían publicar cuáles fueron las demandas pedidas a Fernández?
Les dieron un plazo de tiempo para cumplirlas?
Miren cómo nos hablan
de libertad,
cuando nos censura
el ATE Indec!
Qué dirá el Santo Yasky
que pide personería,
que le están amordazando
al Indec de Pie!
Publiquen si tienen cojones, mierda!
Si con seudónimo son así, cómo imaginar qué formas adoptan a cara descubierta?
Acaso tomaron lecciones de los herederos de Vandor?
Poet (desodoriza)
Creo que la resistencia puede continuar sin dejar de concurrir al puesto de trabajo cada día. Hay que tener el ojo atento para denunciar cada maniobra que atente contra la veracidad de los datos y denunciarla en los canales que garanticen que sea conocida en los ámbitos (nacionales e internacionales) que corresponda para que tal denuncia no sea bastardeada.
NO ABANDONEMOS ESPACIOS DESDE LOS CUALES PODAMOS TENER CONOCIMIENTO DEL AVANCE DE LA MENTIRA
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