sábado, 26 de abril de 2008

Las tareas del nuevo INDEC(Instituto Nacional de Engaño y Coerción)

El INDEC de hoy es, claramente, una gran lupa de las desventuras del país. La irrealidad que comenzó invadiendo los pasillos del IPC y luego al resto del instituto, ha inundado las calles y las rutas del país. La extremadamente enérgica y extremadamente encumbrada decisión de ignorar las realidades palpables por cualquier ciudadano, parecen haber superado ampliamente los límites del sentido común y la salud psíquica de la población y de los propios gobernantes. Y se tiene al Instituto de Estadística virtualmente “dado vuelta”, o peor: a la deriva absoluta.
El Instituto es hoy manejado por una persona que se presenta como ex policía de la provincia de Buenos Aires (Brahim), quien no duda en aplicar técnicas de terror para intimidar a sus interlocutores dentro del instituto: desde funcionarios de mediano rango, pasando por técnicos y el resto de los empleados de carrera en el Instituto. Intimidarlos para que autocensuren sus propias “mediciones”. Los argumentos metodológicos parecen ser válidos cuando los resultados no resultan “incómodos”, en cuyo caso existen infinidades de objeciones aplicables, o simplemente el maltrato llano. No es una novedad que las autoridades quieren convertir al Instituto en un Instituto de propaganda. Sin embargo, en este absurdo derrotero contra el sentido común, siempre tenemos novedades.
Nadie está ajeno tampoco al grave conflicto rural disparado por la aplicación de un régimen de retenciones móviles, crisis que desencadenó en 20 días de paro, cacerolazos, actos masivos, ciudades enteras cubiertas por humo y una maraña de enfrentamientos exagerados, reflejo de una administración poco afecta al consenso, el diálogo y la negociación. Como parte del cronograma de 2008, debería efectuarse en pocos meses el censo agropecuario. Al respecto, han circulado denuncias de discriminación laboral que se vienen realizando, como el desplazamiento de las responsables del sector por largos años y la prescindencia de los técnicos con experiencia que vienen trabajando en el censo, quienes fueron separados con una mampara de los obsecuentes y colaboracionistas. Pero es sumamente preocupante la versión que indica la inclusión de una declaración jurada ante la ONCCA(Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario) en la encuesta, convirtiendo a un operativo estadístico indispensable para conocer la realidad del sector en una abierta provocación policíaca, tergiversando cualitativamente la naturaleza de la encuesta. Además, el soprendente adelantamiento del operativo, que supuestamente se realizaría a las apuradas a mediados de mayo, parece evidenciar el nuevo rol al que pretenden destinar al INDEC. Desoyendo los unánimes pedidos de solución a la crisis de credibilidad, las autoridades redoblan la apuesta y pisan el acelerador tapándose los ojos.

Ya nadie cree al INDEC, y al gobierno esto no parece molestarle. Pero ya no parece ser tan fácil ignorar la realidad: hasta el (ex) presidente se animó a hablar de precios: “Sepan que los precios subieron por el desabastecimiento y los cortes de ruta”, dijo en el acto que marcó su ungimiento como líder del Justicialismo. El jóven y efímero ex- Ministro de Economía, Lousteau, mencionó al tema de la inflación como un peligro el día antes de ser destituido. Nadie le cree al INDEC, aunque esta semana hayan informado un número alto para el IPC de la provincia de Santa Fe, parecido al número del mismo mes de la provincia de San Luis. La fiabilidad de un indicador no está dada por su valor sino por las características de su proceso de elaboración.

El INDEC es una lupa de los problemas del país, y tal vez sea un buen lugar para comenzar a modificar las coincidentes fallas de gestión que analistas de todo el espectro ideológico coinciden en identificar. La recuperación de credibilidad no va a llegar prontamente, pero mientras antes se rectifique el rumbo, menores son las consecuencias nefastas que evidencia este modelo de gestión, que no sondea en la realidad para tomar decisiones y que hace un culto de la irracionalidad y la arbitrariedad.

No hay comentarios.: