Sigue

El segundo año de Intervención comenzó con un acto particular. En el escenario los miembros de ATE-INDEC junto al Secretario General de ATE Nacional, Pablo Miceli, daban sus discursos y presentaban un cálculo alternativo frente a un público amplio compuesto por trabajadores del INDEC y de otros ámbitos, estudiantes, representantes de organizaciones de Derechos Humanos y distintos adherentes tanto individuales como institucionales. Ya desde la mañana el clima dentro del Instituto era particular, incluso comparándolo con el clima habitual de los últimos meses; antes de que empezara el acto, en el hall de entrada, unos 50 personajes de aspecto amenazador formaban un corredor por el cual debían pasar, en fila, las personas que querían salir del edificio en ese momento. Estos personajes, dirigidos por Rubén Sampino, son los mismos que "cumplen funciones" merodeando por los pisos, charlando en la puerta del Instituto e intimidando en las asambleas, contando siempre con el apoyo de numerosas dotaciones policiales.

Esta actitud patoteril, refleja el continuo avance de las prácticas intimidatorias y rayanas a lo represivo:

- Luego de la actividad por el aniversario de la intervención, el jefe de personal, Roberto Martínez, comenzó a vigilar policíacamente y en persona la firma de las planillas de asistencia de direcciones enteras.

- Los jefes de matones siguen escalando posiciones: Se dice que se Sampino se haría cargo de la estratégica área de logística, donde maneja gran parte del presupuesto de compras del Instituto. Mientras tanto, se menciona que Brahim (mano derecha de Moreno) sería nombrado oficialmente Director Adjunto.

- Otro rumor preocupante es la supuesta designación de Alejandra Hernández, la nuera del Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, como sucesora de Paglieri, quien sigue a cargo del programa a pesar de su nombramiento en otra dependencia.

- Adentro del edificio, además de los policías de civil, custodios privados, y matonzuelos de UPCN, hay policías uniformados sin identificación a la vista.

Pero más allá de la violencia gremial y laboral y los nombramientos cuestionables, el sistema estadístico se desmorona: la encuesta de gastos (ENGHo, Encuesta programada hace10 años que entre otros objetivos, establece los ponderadores del IPC) está en manos de la Dirección para publicarse desde Diciembre del año pasado y no hay noticias al respecto. En la EPH(Encuesta Permanente de Hogares) no se publica la base de datos desde el 2do trimestre 2007 como tampoco se publican los informes elaborados por esa Dirección, mientras que se publican datos de ese programa producidos en oficinas desconocidas. Además, todos lo programas que utilizan como insumo al IPC oficial (Indicadores de supermercados, pobreza, PBI, etc.) dejan de ser confiables por contaminación. Incluso, hay rumores que indican que los Indicadores de PBI publicados ya no tendrían relación con los resultados producidos por las Estimaciones Sectoriales.

En definitiva, todos estos manejos que vienen ocurriendo desde la intervención del gobierno no hacen más que profundizar la destrucción del INDEC y el desmoronamiento del Sistema Estadístico Nacional, incentivando de manera directa la apropiación privada de la función de las Estadísticas Públicas. Una muestra de esto es el informe sobre inflación producido por la consultora privada Ecolatina, que acompañó el publicitado pacto entre su fundador, Roberto Lavagna y el (ex)presidente. Este informe dice utilizar una metodología similar a la del IPC vigente hasta 2006 y está basado en un relevamiento realizado por la empresa Tomadato, la misma que contrató el gobierno para "medir el IPC" cuando comenzó la manipulación del Indicador oficial. Demasiados signos inquietantes que sin embargo dejan traslucir que la inflación que afecta a los bolsillos de todos no se corresponderá con los indicadores que intenten imponer los poderosos: sean políticos, empresarios o burócratas sindicales.