martes, 30 de septiembre de 2008

Los cambios que no llegan

En las últimas semanas, el diagnóstico sobre la crisis del INDEC ha ido decantando y los sectores que lo minimizaban han reconocido la relevancia del problema. A las amplias voces que reclamaban cordura y mesura para superar la crisis de las estadísticas públicas argentinas se han agregado representativos sectores del oficialismo, incluyendo declaraciones públicas de varios ministros: la falta de confiabilidad de las Estadísticas Públicas representa un freno para el desarrollo del país y la continuidad de esta política podría conducir a una crisis profunda. En varias oportunidades, durante estas semanas, hubo expectativas sobre posibles cambios con el objetivo de recuperar credibilidad, y la renuncia del Jefe de Gabinete Alberto Fernández, pareció abrir la puerta de una nueva etapa en le gestión gubernamental. Las declaraciones del nuevo jefe de gabinete, Sergio Massa, parecieron anunciar nuevos cambios: había que mejorar la confiabilidad de todas las instituciones del estado, incluido el INDEC. Más allá de que nunca quedó claro si Massa se refería a la calidad de los procesos técnicos de elaboración de indicadores o simplemente a la estrategia de difusión del organismo, los hechos fueron desmintiendo cualquier iniciativa de cambio en la indefendible práctica masoquista del INDEC y peor: varios hechos en las semanas recientes profundizaron las inconsistencias y el doble discurso que el Gobierno viene practicando para justificar la incomprensible estrategia en relación a la producción de indicadores socio económicos. Cada vez más personas parecen convencidas de que las decisiones sobre el INDEC no responden a esferas de la política sino de la psicología del matrimonio presidencial. De otra manera es difícil explicar, por ejemplo, que en simultáneo se difundan las siguientes informaciones:
  • Se decide un pago en efectivo de U$S 6.700 Millones al Club de París. Supuestamente no se buscaría una refinanciación para eludir la inspección del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre la economía argentina.

  • El Gobierno ha justificado en reiteradas oportunidades que detrás del IPC existen $1.800 Millones a pagar a los tenedores de bonos por cada punto en disputa. Es una forma indirecta de justificar la manipulación como mecanismo de default encubierto.

  • Se han difundido noticias en los medios sobre un supuesto viaje de Ana María Edwin a Washington (link a nota de la nación), de visita en el FMI, dónde se habría intentado negociar la participación del FMI en las metodedologías de medición de la inflación.

  • Se paga en efectivo una deuda que podría financiarse (el ex ministro Lousteau manifestó haber preparado un principio de acuerdo para regularizar la deuda con los países desarrollados en 6 años) para que no participe el FMI, cuando se quiere negociar con el FMI para “homologar” la medición de inflación y el motivo patriótico para intervenir la medición fue “pagar menos deuda”.

La conclusión de tantas inconsistencias no es que no existe una argumentación para sostener la intervención de las mediciones. Los motivos son –incomprensibles desde el sentido común- y ocultos.
En las últimas semanas existieron fuertes indicios de que se sostenía la intervención sobre el organismo: las entrevistas que los interventores Paglieri, Edwin e Itzcovich dieron desde el despacho del jefe de Gabinete en la casa rosada dan cuenta que la expectativa de cambio que se había creado en la opinión pública a partir de la aparición de Massa se ha enterrado. En la entrevista, las caras de la intervención complementan a las burlas de los Indices que produce el intervenido Instituto con explicaciones vagas, exageradas o falsas. El hecho de que el argumento más repetido para defender el nuevo Indice (que el Indice representa a los consumos de los sectores populares) además de mentira (el nuevo Indice es más dibujo que el anterior) sea una falacia populista, es suficientemente ilustrativo.

Pero más allá de los ineptos manejos del Instituto, las consecuencias de la distorsión producida por la manipulación se agravan día a día, a partir al avance sostenido de la inflación real en los últimos 19 meses. Los presupuestos se vuelven incontrastables, las obras públicas inejecutables. Es decir: la falta de información confiable es funcional a las arbitrariedades, la especulación, cualquier manejo irregular de fondos o abuso de posición dominante. El “colchón de seguridad” necesario para cualquier negocio difícilmente no sea transferido a los precios, por aumento directo o reducción de calidad. Las consecuencias nefastas se multiplican, algunas más sutiles pero mucho más generalizadas.


Desde este espacio repetimos, desde abril de 2007, que la manipulación debe cesar, que no tiene ningún beneficio y que los costos son incalculables. La salida debe ser discutida por expertos y debería priorizar el mínimo impacto en la economía. La intervención está tan arraigada en el Instituto y en la Economía que aún queriendo restaurar los procesos metodológicos se presentan disyuntivas complejas. Debe pensarse una salida que no signifique más ajuste para los sectores más débiles, que han sido los principales perjudicados del irresponsable dibujo.

En estos días se ha hecho pública una carta de UPCN que supuestamente estaría avalada por 1000 trabajadores del Instituto. Es un hecho lamentable. Más allá de que es difícil corroborar las firmas, de que hay más de 300 contratados adictos en los últimos meses y de que se rumorea que hubo aprietes y/o promesas de prebendas en contados casos. En la carta no se menciona la manipulación. La gente que firma, ¿es consciente que está apoyando la utilización del prestigio del Instituto como herramienta de propaganda? ¿Saben los firmantes que se convierten en cómplices de la estafa? En un nuevo acto irresponsable, UPCN, expone a muchos firmantes y marca, probablemente, una situación de difícil retorno para el Instituto y la reconciliación de sus trabajadores. La intervención puede durar un tiempo más, pero en algún momento Argentina deberá informar la realidad. ¿Pasarán 26 años como en el Chile de Pinochet para que se recupere el salario de la clase trabajadora?

En el otro gremio dentro del INDEC, ATE, también existen señales alarmantes. Una conducción a la que le cuesta liderar la formidable resistencia que ha llevado adelante un grupo importante de trabajadores del Instituto más allá de cualquier institucionalidad hoy corre el riesgo de convertirse en un limitante. Es fundamental que se fortalezcan los lazos internos y se prioricen los espacios de diálogo. Debe advertirse el peligro de privilegiar la denuncia en la arena mediática descuidando los espacios internos. La resistencia requiere de pequeños pasos pero muy firmes, cualquier resistencia es un movimiento en crecimiento. El problema es cada vez más complejo y esta resistencia tendrá que acomodarse a la altura de los hechos para poder restituir la calidad de las Estadísticas Públicas. Sin una conducción gremial sólida es difícil que se consiga el objetivo del conjunto de trabajadores que resistieron los embates del poder político.

Este Gobierno ha logrado capitalizar gran parte de su legitimidad a partir de una relectura de los años setenta y una visión crítica sobre la última dictadura militar. Las violaciones de los derechos humanos han sido una identidad de dicha dictadura y hoy en la Argentina, es grato ver que se imponga justicia a los genocidas. Sin embargo, existe otra consecuencia de esa época, que es el enriquecimiento de unos pocos a costa del endeudamiento de todos que no está siendo investigada. Otra de las banderas de este gobierno fue, al menos discursivamente, la búsqueda de independencia frente a los organismos internacionales de crédito. Sin embargo las últimas noticias parecen apuntar a una especie de reconciliación con esas instituciones, al punto que se plantea la posibilidad de que el otrora vapuleado FMI pueda tener incidencia en las decisiones relativas a la medición de la inflación, es decir, en uno de los factores que determinan las ganancias de sus representados. Cada vez más, las decisiones en torno al resultado que arroja el IPC parecen ser resultado de negociaciones con poderosos, mientras durante largos meses desde el gobierno se ignoró y se intentó desvirtuar el reclamo de los trabajadores, que siguen siendo los principales perjudicados.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Al margen de la nota (con la que no estoy de acuerdo) yo les pregunto. ¿Vamos a restituir las estadísticas públicas con gente como Fazzio, Achigar, Salgado Quintans, Carina David, Llaneza y el PTS? ¿En serio?
La nota no hace más que resaltar hasta donde ATE, los medios y gran parte de la oposición, han utilizado el supuesto conflicto (digo supuesto porque si UPCN juntó 1000 firmas ¿a quién carajo representan ustedes?) para seguir existiendo, siendo algo, alguna cosa. Dejando de lado a los vagos de siempre (Achigar y sus amiguitos revolucionarios de la dirección de Poblacionales)¿ustedes creen en serio que con una Junta interna como la de ATE se tendrán estadísticas públicas serias?

Anónimo dijo...

Dado que supuestamente esta nota fue escrita por profesionales serios que fueron desplazados de sus cargos, hay que acotar que:
- El IPC no mide la inflación (lamentablemente los medios llevaron a la población a esta fantasia).
- El IPC no cambió su metodología, sino que incorporó correcciones al anterior. La metodología continua siendo la misma.
- El FMI avaló estas nuevas modificaciones (¿no hay profesionales serios en el FMI?)
- El anterior IPC (del que nadie habla) tenía tantas falencias que seria engorroso y aburrido enumerar una por una.
- No hay ninguna legislación vigente que prohiba cambiar la medición de ninguna estadística pública (¿qué pretenden denunciar entonces?)
- Jamás en la historia sindical argentina, sindicato alguno negoció aumentos de sueldo en base a los datos del IPC (aclaro a los dormilones que el aumento del 20% otorgado meses atrás supera ampliamente la medición arrojada por el IPC en el 2008).
- Discutamos por qué el antiguo IPC no relevaba precios (por ejemplo de la carne) en barrios como Mataderos y Villa Lugano.
- Discutamos también por qué tenían acceso a la base del IPC medios periodísticos como Clarín y consultoras ¿esa es la democracia que ustedes piden?)

Para finalizar aclarar que estos puntos que enumero son reales y no producto de la harto conocida "chicana política".
Publiquenló que mi opinión tambien vale.

Tristán Rubio dijo...

primer anónimo:
Hay gente que se preocupa por que el Instituto produzca información útil y veraz. Esa es la gente que va a restituir las estadísticas públicas y a los que apoyamos.Los cómplices de la destrucción podrán tener otros beneficios, pero no están defendiendo al trabajador del INDEC.

Segundo anónimo:

con un tono más respetuoso del que utilizan habitualmente, continuás defendiendo lo indefendible. Aunque fueran verdad, ninguna de tus acotaciones justifica la destrucción de una institución, la mentira ni la persecusión.

Anónimo dijo...

Segundo anónimo

Tristán Rubio:
¿Qué se destruyó del INDEC que funcionaba tan bien?
¿Mentira? ¿En qué? De ser así ¿por qué ningún tribunal de Justicia falló contra la destrucción de una institución pública, asunto serio si los hay? ¿Están todos comprados los jueces? ¡Pará que te traigo banana! No se puede ser tan gorila! ... al final los mentirosos van a terminar siendo ustedes.
Por último quiero decir que "persecusión" es un término muy grave, algo que lamentablemente se hacía en los años 70; época triste que para qué resucitar. Vos hablás de persecución y sin embargo no hay ni un solo compañero despedido (ni siquiera Platzer), no me parece que denunciar a la justicia a un señor que se hace firmar presente en la planilla de asistencias mientras veranea en Brasil, sea "perseguir" sino "defender" la plata que es de todos che, ¿mirá si todos los empleados hariamos lo mismo?
Asimismo y para terminar hay que señalar que desplazar de sus funciones a una directora que se negó en reiteradas oportunidades a realizar modificaciones en una metodología de trabajo, sencillamente porque ella no acordaba con el cambio, no es ninguna clase de "persecución" sino efectivamente ejercer "un derecho legítimo" que nos guste o no está permitido según el código de leyes; de la misma manera que cualquier empleador tendrá el derecho a desplazar de sus tareas y asignar otras, a cualquier miembro de su personal. ¿a eso le llama persecusión?
Creo que Tristán Rubio exageró un poco.

Tristán Rubio dijo...

No tiene sentido debatir contigo. Si cada cosa que ocurre la interpretás como te conviene, te encerrás en tu visión. Espero que entiendas que el resto de la gente que no solo cree en la legitimidad de la autoridad sino en la que da el reflexionar sobre las cosas, piensa que es una pérdida de tiempo tratar con vos.
Si es más chico que vos, te va a tener miedo. Si es más grande, te va a IGNORAR. No gastes tus energías en lo inevitable, concentrate en lograr empatía, al menos.

Anónimo dijo...

Tristán Rubio:

No sé, voy a tratar de lograr empatía como vos decís. Quizás así pueda entender por qué no querés responder preguntas básicas como las que hice en mi comentario anterior.
Vos sabés que en el fondo pienso de una manera muy triste sobre el lugar en el que te ponés vos y la gente que defiende este lugar y piensa como vos. Parece como si fueses el dueño de la moral, y lo que más asusta es que lo haces de una manera casi mesiánica.

Yo también creo en la legitimidad de la autoridad que da el reflexionar sobre las cosas, pero no por ello voy a pasar por alto que la "legitimidad" no viene dada del cielo ni de creer fervientemente que mi posición es la "moralmente" correcta, sino que la legitimidad SE CONSTRUYE.

Qué 150 personas del INDEC y de un gremio como ATE hayan reflexionado que no acuerdan con la política llevada a cabo por la Dirección del Instituto, no les da - desde el vamos y por definición - legitimidad ante la sociedad para decir cualquier barbaridad.
Y decir que hay "persecución" es faltar a la verdad. Y peor, es desgastar impunemente una palabra jodida y trasnochada.
Decirle a la gente que se está destruyendo una institución pública, tan solo porque no comparto la política oficial, está bastante lejos de esa legítima autoridad que da el "reflexionar sobre las cosas".

Tristán Rubio dijo...

No es una posición "moral" la mía. La gente no se puede poner de acuerdo en las creencias, vos cree lo que quieras.
Yo en base a mis observaciones saco mis conclusiones. Como vos podés decir que "al gobierno lo eligió la gente", yo te puedo decir "al INDEC no le cree nadie" .
No nos vamos a poner de acuerdo porque creo que las cosas que dijiste son MENTIRAS que no vale la pena contestar.
La denuncia no es "de ATE": es de los que no queremos que nos mientan y nos traten de boludos. Y repito: nadie le cree al INDEC, toda la gente razonable cree que hay que hacer algo para sacar a la patota y los chantas, que tan mal nos hacen quedar.
Esto no es una pelea entre gremios. Los gremios tienen su pelea, siempre se van a querer posicionar, pero lo que pasa acá tiene un efecto multiplicador enorme y es muchisimo más grave que lo que podamos discutir vos y yo..

Anónimo dijo...

Tristán Rubio:
¿Viste? vos categorizás de manera dudosa, porque casi al final decís "toda la gente razonable cree que hay que hacer algo para sacar a la patota y los chantas, que tan mal no hace quedar" cuando vos mismo empezaste el debate diciendo que "la gente no se puede poner de acuerdo en las creencias" ¿en qué quedamos entonces?
Eso sin preguntarte ¿por qué curioso mecanismo mesíanico vos llegás a pensar que de tu lado se encuentra "toda la gente razonable?; Y yo y resto de la gente que no piensa como vos ¿qué somos? ¿animales?
Es curioso.

Vos mismo decís: (y con tu permiso te cito):
" ... Como vos podés decir que "al gobierno lo eligió la gente", yo te puedo decir "al INDEC no le cree nadie ..." .

Y yo me pregunto si en este caso ¿se puede ubicar en el mismo nivel de análisis la elección de un gobierno con la supuesta incredulidad de toda la gente hacia el INDEC?
Y sinceramente me lo pregunto porque si querés buscar un indicador del resultado de las elecciones podés buscar la cantidad de votos y te das cuenta a quién eligió la mayoría; pero si en cambio buscás un indicador de credulidad para con el INDEC, la cuestión es un tanto más compleja, y además tenés que tener en cuenta que hace mucho que al INDEC no le cree nadie, ¿o no te acordás cuando en el año 2001 Lanata se reía de las preguntas de la cédula censal en su programa televisivo? ¿Y cuando a Samuel Goldberg el FMI lo sacó a patadas con sus índices adulterados?
Y es curioso ... porque si yo ahora te digo que el FMI dijo hace poco que fue pertinente y saludable la modificación en la metodología del IPC, me vas a decir que es otra mentira. En fin (y cómo dirías vos) cree lo que quieras ... me río disculpame.

Pero el mecanismo de mezclar naranjas con tomates; o de ponerse mesiánico y decir "que lo que sucede acá tiene un efecto multiplicador enorme cuál si anunciases la debacle económica mundial", no deja de resultarme muy curioso.

Es una curiosidad similar a la que me asalta cuando advierto que:

¿Viste? nadie opina si en un hospital público el Dr Perez operó bien o mal un corazón, pero sin embargo TODOS opinan de algo que también es complejo y hasta desconocen de igual manera: cómo se calcula el Indice de Precios al Consumidor en el INDEC.

Perdón pero se hizo largo.


En fin, debatamos en alguna nota más arriba porque acá ya no nos va a ver nadie que pueda aportar al debate.

Tristán Rubio dijo...

Tus argumentos no son razonables. YO determino que vos no sos una persona razonable. ¿Mesianismo? Sentido común y conocimiento de la materia. No gastes más energía en tratar de convencerme. Si querés escribir una nota para el blog avisame. Si determinamos que es razonable, te la publico.

Anónimo dijo...

Tristán Rubio:
En primer lugar permitame decirle que usted sí me parece una persona razonable, y esto no es chicana política, ni mucho menos pretendo convercerlo de nada, se lo digo seriamente y con todo respeto. Indudablemente usted atiende de manera equilibrada el cálculo y la evaluación. Pero eso pienso de usted y a partir de leer lo que usted me escribe. No pienso lo mismo de muchos que acompañan el conflicto suscitado en el INDEC. Por ejemplo la Junta Interna de ATE-INDEC no me parece razonable, creo que calculando mal los costos políticos, han terminado por dejar a sus afiliados en una situación muy crítica y sin salida. Hoy día pagan los costos sus afiliados y la Junta Interna se ampara en la inmunidad gremial.
El PTS no me parece un partido razonable, sino una secta de fanáticos incapaces de construir política.
Algo similar opino del MST y el PO aunque reconozco que le llevan años luz al partido de Cristián Castillo.
Esas creo son las fuerzas políticas que sostuvieron el conflicto con la ayuda de los medios televisivos.

Tuvimos y tenemos aún muchas injusticias en nuestro Instituto. Empezando por el escalafón, los contratados, los compañeros que cobran menos que otros por igual tarea, y muchas otras que usted conoce tan bien como yo. Este conflicto despertó una suerte de esperanza en muchos que hartos de soportar injusticias salieron a abrazar a Roca quizás buscando una solución a sus diferentes malestares. El gobierno habia generado expectativas con la promesa del pase a planta permanente y otras yerbas, y era lógico que el atraso salarial del INDEC y la continuación de las injusticias generaran malestar; y si además de todo eso vienen de arriba y te dicen "esto ahora lo hacés así" sentís que te toman por pelotudo y que se cagan en vos.
Con todo eso yo creo que era un momento aprovechable políticamente desde lo gremial, pero ya sabemos donde lo ha llevado ATE-INDEC, cuando hubo un pequeño resquicio y fuerza para negociar eligió confrontar ... sin evaluar que del otro lado estaba el gobierno.
El PTS en sus periódicos del 2007 decia que se podía ganar el conflicto, ¿cómo? ¿estos tipos nunca pudieron ganarle una interna a Nelly Turlione, ahora le iban a torcer el brazo a Kirchner?

Mucha confusión política, y muchos compañeros que apoyaban sin saber bien qué. Y entonces aparecieron los eslogans de las estadísticas públicas para el pueblo y no mentirle más a la sociedad. Muchos compañeros independientes o enrrolados tímidamente en ATE se sintieron representados, quizás habrán pensado - al menos te meto quilombo, de boludo no me vas a tomar, al final todavía no me diste nada y querés que me banque tus métodos impositivos, que hay que aceptar que muchas veces tiene este gobierno.

Pero no se confunda señor Tristán Rubio, toda esa decena de compañeros independientes no se movilizó en defensa del IPC guiados por su racionalidad crítica o su idoneidad moral, (no se explica sino por qué no lo hicieron antes sabiendo que el IPC anterior tenía más puntos flacos que el nuevo).
Por ello me permito decir que las aguas no se dividen tan fácilmente diciendo: de un lado la gente razonable, y del otro los amigos y complices de la mentira y la persecución. No es razonable ese encasillamiento, sencillamente porque no es real.
Esa posición moral de quienes gritan a los cuatro vientos "basta de engaño, de persecución a quiénes luchamos" no es más que un bonito eslogan para llamar la atención, pero vacio de contenido real. Y en otros casos es triste "moralina" pequeñoburguesa.

Voy a ver si el tiempo me ayuda para escribir algo en su blog, le agradezco la invitación. Usted después juzgará si es razonable o no, pero no sea tan exquisito conmigo, al fin y al cabo no creo que a los aliados indeseables que tuvo este conflicto usted los haya tratados de "no razonables". Esto último sí es chicana.

Muchas gracias por publicar lo que escribo.