miércoles, 23 de mayo de 2007

Acerca de los cambios metodológicos

Lo que le da utilidad a un indicador socioeconómico que se calcula a lo largo del tiempo es que sea comparable, es decir, que se elabore siempre de la misma manera. Es cierto que esto le quita flexibilidad para adaptarse a cambios coyunturales, pero es generalmente aceptado que a largo plazo es preferible mantener una metodología de medición que permita seguir el comportamiento de las variables y explicar los cambios observados.

Sin embargo, con el correr del tiempo, se producen cambios importantes que deben ser contemplados a fin de que el indicador no se torne obsoleto. En el caso del IPC, por ejemplo, aparecen nuevos bienes y servicios, otros desaparecen, cambian los hábitos de consumo de los hogares, etc. Además, se producen avances en el conocimiento y se acumula experiencia. Por estos motivos, deben revisarse las metodologías de medición.

Para actualizar los indicadores sin afectar la comparabilidad, los cambios se concentran en un período de revisión integral. En el caso del IPC se hace coincidir con el cambio de período base. A través de esta revisión, se busca reflejar los cambios producidos en la realidad, y adaptar la metodología a los últimos avances en la materia a nivel mundial. Para llevarla a cabo, se reúne un equipo de expertos de diferentes instituciones nacionales e internacionales, junto con los técnicos del INDEC, a fin de encontrar la mejor metodología posible dados el estado del conocimiento y las posibilidades de implementación práctica. Esta instancia de discusión en el momento del cambio metodológico es vital, dado que una vez adoptada se mantendrá durante muchos años (en el caso del IPC-GBA, 10 años aproximadamente) y en diferentes coyunturas. Una vez consensuada la nueva metodología, debe hacerse pública, de manera que todos los posibles usuarios tengan acceso a ella. Dado que los datos relevados son confidenciales, es imprescindible que los procesos sean públicos y transparentes para garantizar la credibilidad. La revisión integral de la metodología incluye la actualización de la canasta de bienes y servicios, de la muestra de informantes, de la metodología de cálculo y del operativo de relevamiento. Existe una Encuesta (la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares), que se releva durante un año entero y otro de revisión y procesamiento, cuyo principal objetivo es determinar la nueva canasta para el cambio de base.

El período base es el "cimiento" del Índice. En este período se fija el nivel de precios que servirá de referencia en la vida útil del indicador, por lo tanto, es fundamental que la calidad de la información relevada y seleccionada sea óptima. Generalmente, el período base dura al menos un año. Durante todo este tiempo, el Indicador construido con la metodología anterior debe coexistir con el nuevo, a fin de garantizar el empalme, que compara ambas metodologías y posibilita la continuidad de la serie y una evaluación de la calidad de los indicadores.

La situación actual

Los cambios arbitrarios introducidos en el IPC a partir de enero de 2007 no responden a ninguno de estos criterios. Además de no ser consensuados ni públicos, nos enteramos de que ni siquiera se mantuvieron a lo largo de los meses (ver la contribución de Julia ), por lo tanto no deberían considerarse cambios metodológicos, sino cambios arbitrarios que le quitan la categoría de "Indice" a la serie publicada desde entonces.

El INDEC tenía previsto que el cambio de base y la revisión metodológica comenzaran en 2007, una vez publicados los resultados de la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares 2004/2005, de acuerdo al calendario del Instituto.
En este momento existen rumores de que se estaría conformando un grupo que avalaría una revisión metodológica (nota).

Al respecto, y como venimos diciendo, nos preocupa:

· La posibilidad de que con la excusa del cambio de base y la revisión metodológica se busque legitimar lo que se hizo, eliminando evidencias de manipulación en la serie. A partir de una inescrupulosa comisión de supuestos "expertos", se podría querer legitimar los artilugios y artificios aplicados a la medición del IPC con la excusa de un cambio de base

· En las condiciones actuales, no están dadas las garantías institucionales para que el cambio de base se realice: no se respeta la independencia intelectual de los técnicos, no se está actuando con transparencia, y las autoridades de la Dirección del Índice de Precios de Consumo, de la Dirección Nacional de Estadísticas de Condiciones de Vida y del Instituto no son idóneas. Esto podría implicar que la metodología adoptada no sea objetivamente la mejor dadas las posibilidades, sino que esté regida por objetivos políticos del momento.

· En el artículo citado, se afirma que "Según Miceli hoy hay precios —como los de la medicina prepaga y la educación privada— que influyen mucho en el índice y no afectan a la mayoría". Si esta versión fuera cierta, la Ministra, lejos de intentar reestablecer el prestigio del Instituto estaría desprestigiándolo, al realizar supuestos desconociendo la encuesta pertinente del INDEC. Sería otra evidencia del nivel de irresponsabilidad con que las autoridades están manejando un patrimonio de la sociedad en función de sus intereses coyunturales.

Por último, resulta evidente que lejos de los anuncios oficiales, no se está avanzando hacia la recuperación de la credibilidad del Instituto y sino que, por el contrario, se lo sigue desprestigiando con designaciones de militantes sin indoneidad comprobada en puestos técnicos.

Además, el hecho de que la Ministra encargue relevamientos a consultoras privadas denota su desconfianza en el indicador oficial contradiciendo la postura del gobierno, y evidencia incumplimiento de sus deberes al no denunciar una falsificación de datos de la cual, al menos, sospecha.

Por lo expresado, insistimos en que la salida de esta situación requiere la vuelta a la metodología vigente hasta diciembre de 2006 garantizada por una auditoría de expertos nacionales e internacionales aceptados por los trabajadores del INDEC.

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