Relaciones Públicas

Ya han pasado varios días de que asumiera la Nueva Directora, pero recién el viernes 10 de agosto, fue nombrada formalmente en su cargo. En estas semanas hubo rumores de todo tipo, incluso de que Paglieri sería la Directora del Instituto, mientras que Edwin aparecía como subdirectora. Asimismo hay incertidumbre sobre la situación del Director Adjunto Rotman, que finalmente no fue designado formalmente.

El hecho es que, al contrario de lo difundido públicamente desde el Ministerio de Economía, la posición de las autoridades se endureció a partir de la nueva gestión. Si bien mientras Edwin era (Sub)directora ya se habían enviado telegramas a los trabajadores instándolos a volver a sus tareas y abandonar el paro, para inaugurar su nuevo cargo comenzó a golpear más fuerte implementando descuentos en los salarios.

Mientras esto ocurría, la reacomodación del tercer piso siguió su curso, y el IPC se instaló en las oficinas con ventanas a la calle, ganado espacio y posibilidades de inaugurar “el ala Paglieri”, donde se reúnen los muchachos de UPCN para matar el día. Esta expansión del IPC, motivó la reagrupación de las oficinas que comparten el piso, ignorando las necesidades de espacio y distribución de las demás direcciones, empeorando las condiciones de trabajo, e incumpliendo con las normas de seguridad.

Se reforzó el operativo de “seguridad” en el piso, con la instalación de un destacamento permanente de uniformados que llevan un registro de las visitas a la Dirección. Estos mismos agentes (junto con custodios desconocidos) son los encargados de cerrar con llave las tres puertas de acceso al piso, incluyendo la de emergencia durante las asambleas, generando una situación de riesgo para quienes permanecen adentro.

La avanzada también comenzó a darse desde la Dirección de Informática: El viernes 3 de Agosto, los empleados de la EPH se encontraron con que sus contraseñas de acceso al sistema estaban bloqueadas. A partir del lunes 6, día de publicación del IPC-GBA, la misma medida se adoptó para con 8 técnicos del IPC cuyas tareas se relacionan con el IPC-Nacional. Cuando ese mismo día se realizó una reunión en el Ministerio de Trabajo en el marco de la conciliación obligatoria, las autoridades del Instituto justificaron la medida “para proteger el secreto estadístico”. Irónicamente, en el IPC hay 4 personas en un pedido de indagatoria del Fiscal Federal Dr. Stornelli por incumplir entre otras cosas la ley que protege dicho secreto, entre ellos la Directora del programa, a quienes las autoridades no pueden ponerles límites de ningún tipo.

En esta misma semana, y ante la negativa rotunda del personal de la EPH de abandonar el paro y la imposiblilidad de cumplir con el cronograma de publicaciones, las autoridades decidieron secuestrar los discos rígidos de las computadoras que –pensaban- tenían la información crítica, en una acción entre grotesca y deseperada.

Definitivamente, todas estas actitudes que perjudican a los empleados comprometidos con su trabajo, es una oportunidad y brinda dádivas para quienes no se preocupan más que por su propio beneficio. Son los sectores que están dispuestos a darle la espalada a la sociedad y son los beneficiarios directos –y transitorios- en esta ridícula acción del Gobierno Nacional “en defensa de los intereses del pueblo”. Estos son los aliados internos de las autoridades-y ellos lo saben- en esta cruzada contra la cordura: mercenarios.

La última noticia de esta avanzada autoritaria que muestra la escasa voluntad de negociación y conciliación de Edwin, es la aparición de Rubén Sampino, un ex inspector en el Mercado Central intervenido por el Secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno, quien fue presentado como nuevo coordinador de la EPH. Según La Nación, la Directora del Instituto desconoció tal nombramiento por lo que confirmó que en el INDEC existen personas que no cumplen función alguna y pueden presionar a los trabajadores.

Esta batalla contra la razón misma tiene fecha de vencimiento: el intervenido dossier interno de Prensa cada vez consta de menos páginas (las pocas páginas en los que los diarios nombran al INDEC sin mencionar el conflicto, generalmente en anexos como los de arquitectura). De las más de 50 páginas que habitualmente podían encontrarse, hoy se ven menos de 10. A la vez que ocurre esto, se van sumando a las críticas diversos sectores Oficialistas, quienes no pueden convalidar la cantidad de irregularidades que vienen sucediendo desde hace 7 meses. A lo mejor el tamaño de este dossier marque una cuenta regresiva y sea definitivamente esta cuenta la que indique el momento en que la inescrutable realidad invada el Instituto y pueda verse plasmada nuevamente en sus indicadores intervenidos.