jueves, 29 de enero de 2009

2 años de mentira y destrucción

Hoy se cumplen 2 años de la nefasta y ridícula intervención. Resulta poco verosimil que el país no tenga desde ese momento estadísticas públicas confiables, sin que exista algún motivo razonable que lo justifique. Es verdad que lo razonable es maleable y sucede que muchos han tolerado “errores de cálculo” porque entienden que estábamos frente a una causa revindicatoria de la soberanía. Y que la mentira con las estadísticas es una forma de mojarle la oreja a los centros financieros. Aunque muchos pensemos todo lo contrario, supongamos que es verdad ese argumento: ¿A qué costo? En los últimos 2 años, han comenzado a revertirse en gran parte las mejoras de las condiciones de vida de la población, el crédito del país se ha convertido en inaccesible, la competitividad ha sido cercenada. La transformación del Instituto de Estadísticas en un centro de patotas y propagandas acompañó a la mutación del gobierno en una criatura espasmódica e inconstante. En los últimos meses, hemos asistido a un bombardeo de medidas y contramedidas de calibre: deuda usuraria contraída con Venezuela, fastuosos anuncios de pagos en default desmentidos luego por el disimulo, nacionalización de AFJP y de Aerolíneas y, las novedades recientes: la creación de un ministerio de producción y el anuncio de un incomprensible plan de blanqueo de capitales. De asumir la situación del INDEC ni noticias ¿Cuánto más barato y efectivo es, para recuperar la confianza y en el contexto de en una crisis global de credibilidad, un gesto para buscar una salida a la crisis de las estadísticas públicas?

Desde la nacionalización de las AFJP y las posteriores medidas, el tema INDEC dejó de ocupar espacio en los medios. Algunos insisten con la idea de que este momento es bueno para dejar de mentir, porque la inflación real y la del INDEC no estarían tan alejadas. Esta concepción es muy discutible:
• La intervención y manipulación de datos en el INDEC va mucho más allá que el IPC hoy en día: en todos los programas se perdió calidad y se viven situaciones de discriminación, amenazas y hay una patota adentro. Este tema no importa a los medios en relación a otros, pero sin que se vaya la patota del INDEC es muy difícil tomar cualquier medida en función de mejorar las mediciones.
• El número que se informa mensualmente es una aplicación mensual de una metodología. Si no se está aplicando ninguna metodología, ¿Quién puede saber que implica “sincerar”? La idea de sinceramiento es tan maleable como la metodedología que se utiliza al día de hoy.
• Si el objetivo es disimular la mentira que existió, también existen objeciones: ¿qué pasaría si comenzara una aceleración del proceso inflacionario? ¿Nuevamente se tocarían los valores para que no se notara? Este argumento es en realidad otra versión del anterior: no se puede “sincerar” el Indice y que resulte confiable sin un cambio drástico en la política de manejo del Instituto.
• Por último: esto no quiere decir que sea un mal momento para redefinir la política sobre el Instituto: cada vez es más fundamental arreglar el problema. Pero éste va mucho más allá de si el Indice “miente más o miente menos”. Un Indice confiable es consecuencia de una metodología aplicada con seriedad, las simplificaciones con las que discuten los diarios, la calle y algún filósofo entusiasmado no son útiles para cerrar la caja de Pandora estadística.
En resumen: Dejar de Mentir porque no hace falta no es dejar de mentir. Hacen falta decisiones con mayúsculas.

Con la crisis internacional, el gobierno ha profundizado su estado de confusión y mareo. Ha efectuado medidas que son compatibles con su relato y medidas que no lo son en absoluto, pero sin dudas la divergencia con la realidad se agranda cada vez. Estamos en una crisis global sin precedentes sin poder conocer como Sociedad, variables fundamentales de la economía: Indicadores de inflación, desempleo, pobreza, crecimiento, el mapa agropecuario. Tenemos un Ministro de Economía que casi no habla en público, en medio de las crisis locales y globales que existen. En todo el mundo, se crean reuniones y se convocan a los mejores técnicos para determinar las medidas. Aquí cada vez se expanden más las persecuciones y las decisiones tomadas a las apuradas sin fundamentos ni consultas con los expertos.
La comunidad estadística argentina, debería estar debatiendo hoy la forma en que la producción de indicadores podría ayudar a mejorar los diagnósticos sobre los efectos de esta Crisis, pero demasiado lejos estamos de algo parecido.
Los últimos escándalos son el manipuleo grosero de las tasas de crecimiento y ocupación, ocurridos el viernes en un horario de copetines. A esta altura es evidente que el objetivo es ostentar hasta el grotesco absoluto la falta de rigurosidad para elaborar los Indicadores: se busca la destrucción total del Instituto.

Pero mientras aquí jugamos a las escondidas y a la mancha rural, en medio de una sequía histórica, fuera de nuestras fronteras la historia transcurre a un ritmo vertiginoso: Brasil sostuvo desde el comienzo de la crisis una posición contraria al proteccionismo para enfrentar la crisis, posición reclamada desde Argentina y motivo de ciertas rispideces entre los países. Pero el mismo día que Cristina insistió con la comparación entre Barack Obama y su marido, el primer mandatario del país norteamericano cerraba un pacto de colaboración con el país vecino. Casualidad o no, Brasil viró en su propia marcha y decidió trabar las importaciones en un gesto que supone un distanciamiento y un problema a nuestro país.
Argentina tiene dejar de emitir señales infantiles y mostrar que está preparada para enfrentar la crisis con todas las herramientas necesarias. Basta de violencia y mentira. Es hora de trabajar en serio para afrontar este dificil momento.
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miércoles, 28 de enero de 2009

Norberto Itzcovich: un boludo autóctono

Cuenta la leyenda que por los años setenta un jóven Itzcovich anotaba en un cuaderno los precios que pagaban sus compañeros por sus consumos, mientras el gobierno había decretado un listado de precios máximos. Este
jóven Itzcovich estaba indignado con que no se supiera cual era el verdadero poder adquisitivo del dinero. Generalmente los hijos redimen a los padres, pero en la familia Itzcovich pasó algo distinto: el hijo de aquel jóven, llamado Norberto, se dedica hoy a escribir notas pseudo técnicas para defender la intervención del INDEC y a respaldar las metodedologías del Instituto. Aunque no sabemos si tiene responsabilidades formales por las que pagar en la Justicia, su carrera profesional está arruinada. Este es otro boludo autóctono, ejemplo de cómo evadir las responsabilidades en la función pública.

Aquí la nota

En el diario El Cronista del día 27 de enero de 2009, el economista Carlos Arbía acusa al Indec de estafar al Gobierno, ya que según afirma el monto que supuestamente el Gobierno se ahorra por pagar menos a los tenedores de bonos indexados por el CER, se lo gasta al mostrar un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) mayor al real, dado que deberá pagar una cifra mayor por los bonos que se ajustan por la evolución del PIB. El aparente contrasentido señalado en realidad no es tal, por la simple razón de que el Indec, al calcular las estadísticas que difunde -en este caso referidas al Índice de Precios al Consumidor y al Producto Interno Bruto-no tiene el objetivo de mejorar la posición financiera del Gobierno al aumentar o bajar arbitrariamente uno u otro indicador. Simplemente hace bien su trabajo estadístico, realizando los cálculos y las estimaciones con las metodologías previstas, internacionalmente aceptadas.
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Canicoba Corral: un boludo autóctono

Copiamos aquí una entrevista en el diario Página 12 a Canicoba Corral, el juez federal que tiene a su cargo la causa en la que se investiga manipulación y violación de secreto, quien nos enseña como eludir las responsabilidades de su función pública.

Abajo las preguntas en las que responde sobre el INDEC.

–Usted tiene la causa sobre la alteración de los índices de precios del Indec. Pasaron casi dos años, ¿por qué no hay procesados?

–No tengo probado un delito, independientemente de lo que diga el fiscal (Manuel) Garrido. Como no hay ninguna normativa legal que establezca el modo en que se debe hacer el relevamiento de datos, entonces difícilmente pueda haber una violación de alguna normativa. Nunca la hubo, y según la investigación judicial la manera de recabar información siempre se retocó. Desde el punto de vista penal, podría haber violación de secreto, quizá de algún funcionario del Indec, pero no de (Guillermo) Moreno, porque no forma parte del organismo. Y al no haber normativa, y si alguien sabe cuál era que me diga, no puede haber un incumplimiento.

–O sea que la causa va camino al cierre.

–No, porque todavía queda por saber si fueron alterados los datos. O sea, si alguien borró números y puso otros. Es muy difícil de establecer. Recién ahora conseguimos que la Universidad Tecnológica haga una pericia.


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sábado, 24 de enero de 2009

OBAMA

En Estados Unidos ha asumido Barack Obama a la presidencia. Su meteórico ascenso a la máxima investidura de la primer potencia mundial, generó una cantidad de hechos sin precendentes: la cantidad de votantes que asistieron a las urnas, sobre todo en primeros votantes, la multitudinaria convocatoria a su acto de asunción, su innegable cárisma de estilo religioso y en general, un movimiento popular genuino, impulsado desde las redes de información. Fiel a las máximas del "american dream", Obama encarna una cantidad de expectativas que lo ponen delante de una enorme responsabilidad, justo cuando su país y el mundo están ingresando en una crisis de proporciones desconocidas, y cuyas causas son tema de debates que obligan a revisar los fundamentos de la economía capitalista. Periodistas muy respetados hablaron del fenómeno Obama como el cumplimiento del sueño del reverendo Martin Luther King y una remake de la presidencia de Robert Kennedy. Muchas otras personas, considerando la compleja coyuntura que deja la administración Bush y la realidad del sistema de poder de los Estados Unidos, considera a Obama como un bálsamo para la opinión pública, una cortina para profundizar la política exterior intervencionista de Bush. El nombramiento de republicanos en las carteras de Seguridad, parece confirmar esta tesitura. Con respecto a la crisis económica, Obama expresó la necesidad de salir de la crisis mediante la generación de empleo, a tavés de la inversión pública, promocionando la investigación en tecnologías alternativas energéticas, entre otras ideas. Pero,-y he aquí lo que nos importa- Obama da cuenta tanto de los escépticos como de que la crisis económica ocasionada por la irresponsable estrategia financiera de los prestamos subprime y la "caída del muro de wall street" trajo atrás de si una crisis de credibilidad. En este sentido, Obama lanzó una cantidad de medidas con el fin de reestablecer los lazos entre la clase dirigente Estadounidense y su pueblo, al mismo momento de ingresar a la casa de gobierno.

  • "La transparencia y el Estado de Derecho serán la base de mi presidencia", afirmó el gobernante en la ceremonia de firma, en la que prometió "una nueva era de apertura en nuestro país".
  • "Las familias se están apretando el cinturón, y lo mismo debe hacer Washington", sostuvo el nuevo mandatario, que juró su cargo el martes.
  • "La Ley de Libertad de Información es la herramienta más poderosa que tenemos para hacer que el nuestro sea un Gobierno honesto y transparente", declaró el nuevo mandatario.
  • El recién estrenado presidente suscribió también una orden ejecutiva que establece rígidos límites a los cabilderos que representan los intereses de grupos de presión o de empresas ante las entidades políticas.
En resumen, Obama ha asumido como prioridad para la recomposición de la credibilidad con la sociedad una serie de medidas que evidencien la intención del gobierno de mejorar los mecanismos de transparencia. Son públicos los elogios de la presidenta Kirchner hacia Obama, e incluso llegó a manifestar que el nuevo presidente de Estados Unidos le hacía recordar a su esposo. Podemos recordar la valentía del presidente Kirchner para tomar decisiones de envergadura en los primeros años de su mandato, valor que necesitará Obama para enfrentar airosamente los desafíos que enfrenta. Sin embargo, el leitmotiv del gobierno de Obama está exactamente en las antípodas de la concepción de gobierno que tienen CFK y su marido Nestor. Desde este espacio se ha repetido hasta el hartazgo de lo inútil de la política de manipulación de indicadores y sus consecuencias autodestructivas. Sin embargo, y a pesar de ser una bola de nieve con consecuencias inestimables, a esta altura, para el largo plazo de las cuentas fiscales del país, se han ido profundizando las prácticas de ocultamiento o tergiversación de la información o su utilización para justificar acciones políticas de pacotilla. Argentina no es Estados Unidos, y las políticas que pueden ser útiles allí puede no funcionar aquí. De hecho, las condiciones para reinstalar un Sistema Estadístico confiable son cada vez peores, con un INDEC al borde del colapso por la desmotivación de sus trabajadores, sea cual sea su posicionamiento en el conflicto y una proliferación de interventores en distintos organismos estatales, paradójicamente incapaces de intervenir en la economía real por las propias torpezas políticas y técnicas del modelo de gestión. La reconstrucción de la credibilidad en el gobierno Argentino es hoy un problema de una complejidad que la reconstrucción del sistema estadístico, como ocurría al comienzo del mandato de la presidenta.
Desde este espacio, nos preguntamos, una vez más , cual es la señal que está esperando el gobierno para comenzar la compleja reconstrucción del sistema estadístico nacional, como primer paso para recuperar la credibilidad y la capacidad de la trama estatal para modificar la realidad. Argentina no es considerada seriamente hoy en el plano internacional y todas las señales indican que cada vez quedará más aislada, o peor: existen enormes desequilibrios geopolíticos en el mundo de hoy que pueden conducir a enfrentamientos bélicos de magnitud. En este contexto, la irresponsabilidad del gobierno en el manejo de la información y la gestión política, hecho que significa una renuncia a la soberanía en si, simplifica el camino para que intereses foráneos consoliden sus estrategias expansionistas dentro del ámbito nacional.

Fuera la patota del INDEC. Fuera la intervención. Justicia y castigo a los responsables y cómplices de este desbarajuste del patrimonio del Pueblo Argentino.
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