sábado, 22 de diciembre de 2007

Documento de la Comisión Técnica ATE-INDEC: el Nuevo IPC: ¿un índice popular?

La implementación de un único índice de precios calculado sobre una canasta restringida y representativa de los sectores populares en reemplazo de un “sistema de precios” vigente que proyectaba ampliarse durante el año 2007 representaría un evidente retroceso en el normal desarrollo de estadísticas de precios seguido hasta el momento, tanto por el INDEC como por las experiencias de los países más desarrollados. Por ende, sería sumamente perjudicial para el desarrollo estadístico del Instituto y para los numerosos usuarios de dicho indicador.
Al respecto, el documento se refiere a dos de las consecuencias importantes que implicaría la adopción de tal estrategia. Por un lado, se perdería el mejor indicador existente para calcular la inflación: un indicador reducido no podría servir para estimar dicho concepto. Por otro, al disminuir la oferta de índices se restringiría notablemente la capacidad para desarrollar estudios específicos, como los de impacto distributivo de los aumentos de precios. Desarrollaremos más extensamente estas cuestiones.

Como primera consecuencia, entonces, se perdería el indicador más representativo de la inflación, debido a que si lo que registra el nuevo indicador es la evolución de los precios de una canasta restringida, no se tendría en cuenta una importantísima proporción del consumo de los hogares. Por ende, los usuarios más importantes de este insumo dejarían de contar con una fuente de información difícil de sustituir, como se ve en los casos que siguen:
• Un índice de precios que no mida la evolución de los precios de todo el consumo de los hogares, no se podría tomar como parámetro para armar un programa monetario. Por ejemplo, si el indicador arrojara un resultado menor a la inflación real, se estaría subestimando el efecto de una política monetaria expansiva. En otras palabras, se pensaría que el margen para emitir moneda sin acelerar la inflación real es mayor, de manera que, de no mediar información de otras fuentes, podría estar acelerándose la inflación aún más, sólo por desconocimiento de la situación real. Lo contrario ocurriría si se diera la inversa: una sobreestimación de la inflación podría convertirse en un freno al crecimiento por escasez de circulante.
• Las cuentas nacionales, que calculan el nivel agregado de actividad, contarían con información parcial y sesgada. No es posible determinar de antemano en qué sentido incidiría un IPC restringido. En cambio, significa la interrupción de fuentes de información o incluso la aplicación de variaciones de precios erróneas a diferentes rubros, lo que podría llevar a una subestimación o sobreestimación de los valores reales.
• La actividad privada también se vería afectada. Los proyectos de inversión que calculen su rentabilidad utilizando un índice de precios diferente al real perderán una base cierta sobre la cual tomar las decisiones, o bien, deberán incluir en su ecuación el costo de recabar información fehaciente por vías privadas.
• Al desconocerse el real incremento de los precios internos, el tipo de cambio real estaría distorsionado y se dificultaría la evaluación de las políticas comerciales.
Como segunda consecuencia, al restringirse el sistema a un único indicador, se perdería información valiosa sobre la manera en que la inflación afecta a los distintos sectores de hogares, y por ende se privaría a los distintos usuarios de una referencia inestimable. Así, por ejemplo:
• En las negociaciones –salariales o de otro tipo– que se realizan a los efectos de mantener el valor (poder de compra), las partes perderán asimismo un criterio sobre el cual acordar. Si bien los acuerdos salariales pueden realizarse sobre distintas bases (no necesariamente el IPC de la canasta promedio, ni los índices desagregados), la variación del IPC es, por lo general, la más tenida en cuenta. Además, no contar con información desagregada por quintiles impediría a las partes tener alternativas al indicador único. Tal como se demostró en el documento, en épocas en que la inflación es empujada por el incremento de precios de los alimentos, como fue el caso del año 2002, los hogares de ingresos bajos sufrieron sus efectos de manera más acentuada que el resto de la población. En el marco de una negociación salarial o por la recomposición de un subsidio, estos sectores hubieran podido solicitar que se les reconstituyera el poder de compra perdido de acuerdo a estos datos oficiales.
• En el marco del análisis de la distribución del ingreso, la inexistencia de información desagregada y el hecho de no contar con un marco de referencia frente al cual compararse, como es el IPC para la canasta promedio, un único indicador de precios perdería toda capacidad analítica cuando se desea conocer el impacto distributivo de los incrementos de precios. Así se pierde una herramienta imprescindible para evaluar la necesidad y el impacto de las políticas redistributivas.

Por otra parte, si lo que se busca es una verdadera mejora en la calidad de la información y recuperar el prestigio del Instituto, entonces antes que restringir la información debe ampliarse su oferta.
• Siempre que se actualiza y perfecciona una metodología, los nuevos indicadores deben complementar a los anteriores, no sustituirlos. Ampliar la base de información supone respeto por los ciudadanos, reconocerlos adultos y libres para elegir.
• Por lo tanto, aprovechando la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares 2004-2005 se debería incrementar la diversidad de indicadores de precios y su cobertura –tanto geográfica como de la población de referencia - además de ampliar el sistema estadístico mediante indicadores complementarios en función de las crecientes necesidades que impone la evolución de la situación económica y social, que a medida que se desarrolla se vuelve cada vez más compleja.
• En este sentido el Índice de Precios al Consumidor Nacional debería continuar el proceso de extensión iniciado con la ENGH 1996-1997, incorporando otras regiones y considerarse la posibilidad de construir índices regionales. Actualmente, el IPC Nacional se calcula sobre información recabada en 10 aglomerados, cubriendo el 83,1% del gasto del país. El diseño del Índice debería contemplar que cada aglomerado es parte de estos índices regionales y orientar la asignación de recursos para la elaboración de la mayor cantidad de indicadores.

Es motivo de perplejidad y preocupación el estricto hermetismo con que un grupo de allegados a la intervención del INDEC define la nueva metodología del IPC, al margen de los controles y debate públicos acostumbrados a lo largo de la trayectoria del Instituto, y como es usual en todas las oficinas de estadística del mundo. En este sentido, en torno al “nuevo IPC” que se afirma comenzará a hacerse público en breve, todavía no se especificó su cobertura geográfica, ni la forma en que se determinó la población de referencia para armar una canasta “popular”, ni cómo se seleccionarán las nuevas muestras, ni si se harán cambios en las fórmulas de cálculo, ni ningún otro procedimiento metodológico.
Una mirada global al proceso permite concluir que se está tratando de consolidar la maniobra que apunta a contar con indicadores políticos. Si no se detiene la manipulación y el desmantelamiento del INDEC ya no sólo se tendrán datos puntuales falseados, sino que se continuará avanzando hacia un sistema de indicadores que en lugar de reportar verazmente lo que ocurre en la realidad, responda a intereses políticos ajenos a la responsabilidad institucional del INDEC. No se cuestiona que el gobierno, como usuario importante de información, realice requerimientos de nueva información estadística para la formulación de políticas: lo que es inadmisible es que a través de la intervención del organismo se esté afectando la base misma de producción de los indicadores, y el Sistema Estadístico Nacional como tal. Lo que estará falseado entonces no será ya el producto, sino la máquina que lo fabrica.

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viernes, 21 de diciembre de 2007

Credibilidad

Las oficinas de estadísticas públicas tienen un activo que se destaca. No es el capital físico, ni sus sistemas de cómputos ni es el capital humano: el mayor patrimonio que posee un ente productor de estadísticas es la credibilidad. La credibilidad es un recurso no monetario que se genera y acumula a partir de la sinergia entre diversos actores: la misma oficina, sus funcionarios y empleados, las metodologías y la información estadística producida, la sociedad, los usuarios no-gubernamentales (investigadores, periodistas, sindicatos, organizaciones sociales, ONGs, etc.), otros institutos y organismos internacionales, la Legislación, el Estado, el Gobierno. Cada actor puede tener una distinta evaluación de la credibilidad tanto del proceso de generación de datos estadísticos como de los demás actores.
Algunas de las funciones específicas en el proceso de construcción de credibilidad son las siguientes:

  • La oficina: La oficina de estadísticas lidera y garantiza el proceso de construcción de credibilidad. Su función es la generación tanto de información estadística como de credibilidad. La información estadística producida solo tendrá valor si es generada a través de un proceso creíble.
  • Los funcionarios: Sus funcionarios son encargados de administrar los presupuestos y definir los programas, de manera de potenciarlos para maximizar las necesidades de los distintos usuarios.
  • Los empleados: son los encargados de diseñar. implementar y aplicar las metodologías. Mientras mejor capacitados estén, mayor sea su seguridad en el empleo y más transparentes los procesos de selección, más aportarán al proceso de construcción de credibilidad.
  • Las metodologías: las metodologías son la garantía de la calidad de las mediciones. Deben intentar medir de la mejor manera posible y ser públicas para permitir la evaluación crítica de la calidad de la información producida.
  • La Información estadística: Cuando la información producida es consistente y satisface los requerimientos de los usuarios, mejora su credibilidad y aporta a la credibilidad de todo el proceso.
  • La Sociedad: aporta a este proceso la calidad de respuesta que brinda a la oficina de estadística. Mientras mayor sea la credibilidad del proceso de generación estadístico, mejor será la calidad de la respuesta de la Sociedad, que a su vez redundará en una mejor calidad de los Indicadores.
  • Los usuarios: analizan los datos producidos por el Instituto, los interpretan y utilizan para contrastar hipótesis.
    Otros Institutos de Estadísticas y Organismos internacionales: comparan las experiencias de distintas sociedades y promueven el perfeccionamiento de las metodologías.
  • La legislación: provee normas que promueven la credibilidad del proceso: mientras que garantiza la confidencialidad de los datos brindados por los informantes, proporciona las herramientas para que la oficina de estadísticas obtenga muestras representativas e insesgadas.
  • El Estado: para garantizar la aplicación de políticas públicas debe proveer de condiciones prespuestarias, jurídicas y de recursos humanos para satisfacer las necesidades de la oficina de estadísticas y los distintos usuarios. Es-probablemente- el usuario más importante de las estadísticas que utiliza para el diseño, implementación y evaluación de políticas públicas que apuntan a transformar la realidad.
  • El Gobierno: toma decisiones sobre la aplicación de políticas. En este sentido debe ser parte del proceso de discusión metodológica para mejorar el Sistema Estadístico.

Si bien no es estrictamente necesario que todos los actores cumplan su rol con el mismo nivel de compromiso, es de esperarse que deterioros en el cumplimiento de funciones de alguno afecten a la credibilidad que tienen ellos mismos, los demás actores y el proceso entero. Por ejemplo: cuando la sinergia funciona, el proceso de elaboración de estadísticas podría ser creíble, sin que las metodologías sean de la mejor calidad. Sin embargo, cuando distintos actores empiezan a perder credibilidad, en el corto plazo es esperable que el proceso entero se desmorone, y el proceso podría carecer de credibilidad aunque las metodologías aplicadas fueran las mejores internacionalmente.

Este desmoronamiento del proceso de credibilidad es lo que ha ocurrido a partir de la intervención del INDEC en 2007. Desde que el gobierno deliberadamente atacó las bases de la credibilidad del IPC, rápidamente se comenzaron a violentar prácticamente las funciones de todos los actores en este proceso. Lamentablemente, el gobierno parece ignorar lo delicado de este complejo mecanismo y pretende reconstruir credibilidad sin atacar los principales focos que atentan contra ella. Concentrados en el escenario mediático, escinden la credibilidad del Instituto del proceso que la genera e intentan recuperarla a través de la proliferación de declaraciones poco sólidas por parte de los funcionarios. Si bien los medios pueden aportar a la construcción de credibilidad, no la generan por sí mismos. En la medida en que la información que transmiten no sea creíble para los distintos actores, no aportarán al proceso. Estas declaraciones, lejos de aportar a la recuperación de confianza, atentan en su contra, profundizando la crisis. La realidad es que hasta hoy no existe voluntad de reestablecer el proceso de generación de credibilidad por parte de las autoridades: mientras se desmantela el Instituto, se nombran funcionarios no idóneos, se contrata a 200 empleados innecesarios y sin capacitación, se falsean las metodologías, se alteran publicaciones a último momento, no se da respuesta a las necesidades de los usuarios ni de otros institutos y organismos internacionales, no se respeta a la legislación y se desprestigian las instituciones del estado, también se castiga y amenaza a los empleados y funcionarios honestos y se los desprestigia a través acusaciones infundadas que no se canalizan a través de las vías institucionales.

Evidentemente el gobierno ha evaluado que el control arbitrario sobre la producción de estadísticas públicas amerita la destrucción de la credibilidad institucional. De otro modo es difícil de comprender el derrotero masoquista de las autoridades en que ha consistido la crisis del Instituto que pronto cumplirá un año. Sin embargo, a pesar de toda la destrucción, cada vez es más urgente que se avance hacia una solución que atienda la complejidad del problema. Hoy, por el contrario, la intención parece ser desprestigiar de manera irresponsable la historia del Instituto. No se procura reconstruir el proceso genuino y se presentan argumentos insuficientes, ni siquiera probados ni conducidos institucionalmente, confirmando el peligroso camino pírrico con destino incierto.

La credibilidad no se importa de EEUU, no se compra con miles de millones de reservas, con discursos populistas ni con campañas mediáticas: la confianza se puede reconstruir, muy lentamente, recomponiendo los componentes del sistema que aún gozan de salud: usuarios, empleados del Instituto y otros actores sociales que hace meses manifiestan de todas las formas posibles lo aberrante de la manipulación. La aplicación de metodologías vigentes hasta la intervención, y el reestablecimiento de los canales habituales de discusión y evaluación debe ir acompañado del fortalecimiento institucional a través de una mayor estabilidad laboral y autonomía.


El desarrollo del nuevo Indice de Precios al Consumidor es una oportunidad para cambiar el rumbo y comenzar el costoso camino hacia la recuperación genuina de credibilidad. De no aprovecharse, y reformularse la metodología en este contexto de intervención, se comprometerá la credibilidad del Indice -y del Instituto- en toda su vida útil, aún en el caso en que en algún momento futuro se avance hacia una recomposición legítima del proceso.


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miércoles, 12 de diciembre de 2007

Mesa redonda de ASET: "Las Estadísticas públicas hoy. Implicancias para la producción académica"

ASOCIACION ARGENTINA DE ESPECIALISTAS EN ESTUDIOS DEL TRABAJO

Viernes 14 de Diciembre
Ceil-Piette, Saavedra 15, 6to Piso
18:30 horas


Expondrán:

- Hugo Oscar Ambrosi
- Cristina Cacopardo
- Nicolás Iñigo Carrera
- Daniel Kostzer
- Javier Lindenboim
- Julio César Neffa

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lunes, 10 de diciembre de 2007

Nuevo mandato

Siempre es un hecho para celebrar que un presidente electo por la voluntad popular le traspase el mando a otro elegido bajo las pautas de la democracia. Es para destacar, incluso, que la nueva Presidenta haya mostrado su compromiso con las instituciones republicanas y su propia convicción al negarse a votar una ley del oficialismo que permite manejar enormes presupuestos sin rendir cuentas al congreso: la ley de emergencia económica. En esta nueva función, la presidenta deberá enfrentarse con responsabilidades mayores. La crisis del INDEC es uno de los problemas que hereda de la gestión anterior y es una gran oportunidad para mostrar cuán dispuesta está a tomar decisiones que impliquen nuevos rumbos.

Sin embargo el pronóstico no es bueno. En declaraciones a la prensa manifestó en reiteradas oportunidades desconocer la gravedad y las responsabilidades en este conflicto. La tenacidad de los funcionarios que se han empeñado en destruir una Institución prestigiosa con un objetivo desconocido, amerita el replanteo de la calidad de gestión al comienzo de un nuevo mandato.

Como primer paso, es necesario de que la Presidenta se informe acerca de la situación real, tanto previa como actual en el Instituto. Si considera, como expresó en una entrevista después de ser electa, que el error fue no haber hecho público lo que ocurría en el Instituto antes de la intervención, debería comenzar por hacerlos públicos. Sin embargo, debería también reconocer que la intervención, de la manera en que se llevó a cabo, no es medio para solucionar institucionalmente ningún tipo de conflicto. En cuanto a los detalles metodológicos, es obvio que los mandatarios de su jerarquía no tienen por qué conocerlos, pero también está claro que no deben apoyarse en discursos falaces, utilizados para justificar atropellos, para cuestionar instituciones del Estado; las metodologías no son actos de fe, pero lo que las hace útiles es que se las sostenga en el tiempo y se las reemplace con idoneidad y responsabilidad, no dejando que se filtren los intereses económicos y políticos.

Esperamos que sepa reconocer a las personas que creen en las instituciones y defienden un bien público y un derecho de todos como es la información estadística, que ella como jefa de Estado tiene la obligación de proveer.

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viernes, 7 de diciembre de 2007

Carta de la Juta Interna ATE-INDEC dirigida al Ministro de Economía designado, Martín Loustau

Buenos Aires, Diciembre de 2007.-


SEÑOR MINISTRO DESIGNADO DE ECONOMIA
Y PRODUCCION DE LA NACIÓN
DR. MARTIN LOUSTEAU
S / D


Nos dirigimos a usted con renovado ímpetu con el objeto de aportar soluciones en la superación de la grave crisis que atraviesa el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), desde el mes de Enero del corriente año.

En el período citado se intervino en el área del Indice de Precios al Consumidor afectando la metodología y las condiciones de trabajo, con la finalidad de manipular dicho indicador, resultando un índice más bajo que el que se obtendría llevándolo a cabo en condiciones normales de labor.

En tales circunstancias y de conformidad con las responsabilidades que le caben a una entidad gremial claramente comprometida con una concepción del Estado que exige del mismo, y consecuentemente de sus trabajadores, el máximo de eficiencia y transparencia, decidimos llamar públicamente la atención sobre las desastrosas consecuencias de dicha manipulación.

No obstante, lejos de atenderse nuestra posición, que incluía la advertencia de que, necesariamente, tal manipulación se extendería a todos los indicadores que el INDEC produce dañándose así el conjunto de las estadísticas públicas, se insistió en la imposición de una política que afectó duramente las dos condiciones fundamentales de existencia del organismo: confiabilidad técnica y credibilidad.

La dirección del INDEC procedió al desplazamiento de técnicos, profesionales y encuestadores, desarticulando equipos enteros de trabajo, cambiando Coordinadores o Directores a cargo que no se prestaron a los designios de esta política y se tomó una cantidad de personal absolutamente innecesario, sin experiencia ni capacitación. Entre estos últimos se incluyen personas que actúan como fuerza de choque y amedrentamiento con tratos violentos, discriminaciones y amenazas contra todo trabajador que participe en las denuncias de las manipulaciones, o que, simplemente, no se muestre también hostil hacia sus propios compañeros, si estos insisten en defender la calidad de su trabajo. Por ese camino, se ha llegado a la impugnación, por parte de la Dirección del Instituto, de los delegados de nuestra organización gremial, votados masiva y democráticamente el 9 de octubre pasado.

El agravamiento de este deplorable proceso, que no conoce antecedente alguno en el INDEC, desde la recuperación de la democracia, se expresó en el despido de TRECE (13) trabajadores, técnicos y profesionales, que fueron reubicados en el ámbito del Ministerio a su cargo, ya que, quienes imponen las políticas de represalias en el INDEC, se negaron a que volvieran a desempeñarse en el Organismo que los capacitó durante años para cumplir esa labor. Hoy, esos compañeros figuran en un listado que posee el personal de la guardia de entrada del INDEC, a efectos de que se le impida el acceso al edificio, ni siquiera como visitantes.

Este accionar contribuye a la destrucción del INDEC y por ende, de las estadísticas públicas, con las graves consecuencias que ello acarrea al país.

La misión de nuestro Organismo es brindar las mejores y más transparentes estadísticas proveyendo al gobierno de herramientas tendientes a diseñar las políticas públicas que permitan modificar la realidad y mejorar la calidad de vida del pueblo.


La Comisión de normalización del INDEC, integrada por el Ministerio de Economía y Producción, la Jefatura de Gabinete de Ministros, ATE y la CTA, oportunamente creada para tratar de superar la profunda crisis en la que ha sido sumido el Instituto no ha podido lograr su cometido, muy a pesar de la buena intención que impulsó a sus componentes, y ha tenido que limitarse a morigerar algunas de las decisiones de las autoridades del INDEC para imponer a cualquier costo que los trabajadores se sometan a los nuevos criterios de trabajo. Así, los compromisos asumidos institucionalmente siguen pendientes de cumplimiento, agravando innecesariamente la situación por la que atraviesa el organismo y sumando motivos de irritación que podrían despejarse facilmente sólo con honrar esos compromisos firmados: fin de las represalias, pase a resolución 48 de los trabajadores mantenidos durante largo tiempo en situaciones contractuales frágiles, devolución de los recortes salariales indebidamente aplicados, cancelación de sumarios.

Conforme lo expuesto, y en atención a que el INDEC tiene una dependencia jerárquica del Ministerio a su cargo, recurrimos a usted como autoridad máxima de la Jurisdicción, y en ocasión del comienzo de su gestión, para solicitarle tenga a bien disponer lo necesario para frenar la segura destrucción de las Estadísticas Públicas, asegurándole que encontrará en quienes hemos defendido esta institución, arriesgando nuestra seguridad laboral y también física, la disposición a colaborar para lograr una salida a esta crisis que garantice un INDEC como merece la sociedad que lo sostiene.

Por tal motivo, le solicitamos formalmente por este medio, una audiencia en la que podamos exponer en detalle la situación en que se encuentra nuestro Organismo y hacerle llegar las propuestas que hemos diseñado para superar la misma.


Saludamos a usted atentamente.


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sábado, 1 de diciembre de 2007

ADHESIÓN AL ABRAZO NACIONAL DEL 6 DE DICIEMBRE DE LA JUNTA DE LA CARRERA DE SOCIOLOGÍA. FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES.UBA

Buenos Aires, 30 de noviembre de 2007
VISTO, la situación que vive el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).organismo que en los hechos se encuentra intervenido por el Ejecutivo Nacional desde los primeros meses de 2007 y que los trabajadores están enfrentando su desmantelamiento.

CONSIDERANDO

Que es prioritario para el país contar con un Instituto Nacional de Estadística y Censos debidamente profesionalizado y con el más lato nivel técnico y profesional que asegura las misiones y funciones que le asigna la Ley 17.622 y los decretos reglamentarios.

Que el Gobierno Nacional está llevando a cabo un ataque a ATE y CTA a través del conflicto del INDEC y que en consecuencia se ha decidido, continuando con el plan de lucha que comenzó el 20 de noviembre, llamar a un abrazo nacional para el día 6 de diciembre, último comunicado de prensa del índice de precios al consumidor del gobierno saliente, con las siguientes reivindicaciones:

- Por la defensa de la Estadísticas Públicas: No al desmantelamiento del INDEC.
- Por la reincorporación a sus lugares de Trabajo de los 13 compañeros reubicados transitoriamente en le Ministerio de Economía.
- Por el estricto cumplimiento de los acuerdos firmados con la Jefatura de Gabinete y el Ministerio de Economía: continuidad laboral, pase a resolución 48 de todos los contratados, fin de las represalias.
- Por la continuidad de los puestos de trabajo.
- Por el reconocimiento de los delegados votados por los trabajadores.
- Por la dignidad del trabajo.
- Contra el clientelismo y el reparto discrecional de favores y de plata.
- Contra todo intento de hacer pasar concursos amañados.
- Por la estabilidad laboral con concursos transparentes.
- Para que toda la sociedad sepa que los trabajadores enfrentan el desmantelamiento del INDEC.

LA JUNTA DE LA CARRERA DE SOCIOLOGÍA
DECLARA:

1. Adherir al Abrazo Nacional del día 6 de diciembre a las 13HS.
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